viernes, 29 de abril de 2011

33 Días...

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"Voy a salir
a caminar solito
sentarme en un parque
a fumar un porrito"

S.S. Andrés Calamaro

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- Siento que estoy tomando un ritmo de vida muy acelerado, como que no me hallo.
- No acabas de llegar aquí?
- Bueno, no sé si sea eso o el hecho de que no comparto el pensamiento de la gente con la que vivo.
- Pero eso no es nuevo.
- Creo que estoy enamorado.
- En serio?
- No. Bueno, no sé. Hoy no quiero hablar.
- Entonces... no hablemos, ¿sale?
- (Y caí redondo) Es que, mira... mire...
- De "tú" está bien.
- Bueno. Mira, es que creo que últimamente tengo contacto con seres extraterrestres...
- ...
- Jajajajajaja. Perdón, perdón, la verdad es que no sé ni para qué vengo.

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La tristeza, en ocasiones, se manifiesta en forma de escarabajo.
Podría decir exactamente qué día y la hora en que sentí a este coléoptero de música punzocortante subir de mi estómago a la garganta.
Por la firmeza de las pisadas, supe que se trataba de un demoledor.
Instalado en mi garganta, comenzó a hacer de ella un nudo tan fuerte que hizo salir, a presión, agua a través de mis ojos.
En el microbús pensaba en un método para tranquilizarlo, así que, en cuanto llegué a mi trabajo, le di fuertes dosis de Rammsteinol y Slipknotmina. Se durmió un rato.
Por la tarde, todavía en el trabajo, quiso asomarse cuando vio en el menú algo de Calamarotenol.
Rompí la receta y cancelé la dosis.
Como pasa con los días en esta oficina, no me di cuenta en qué momento se fue, aunque estoy consciente de que un día, tarde o temprano, volverá en alguna forma desconocida.


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martes, 5 de abril de 2011

Chamán de Occidente

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“Pides que deje de beber de cerveza
que ponga juicio en mi cabeza
y luego vienes con el sol”

Alejandro Filio


Le habló en silencio. Le habló a través de los ángeles. Envió demonios. Se le apareció en sueños. Le habló a través de sus amigos, conocidos y desconocidos. Pero él mismo, Dios, tuvo que reconocer que ya no era suyo. Era de todo el universo. Supe de muy buena fuente que Dios no borró su nombre del libro de la vida, a pesar de todo esto. También se dice que Gabriel y sus huestes protestaron, pero Dios, que todo lo puede, sólo hizo un gesto indescifrable y se acostó a dormir. El hombre entonces fue libre y volvió a aquel lugar donde el sincretismo permitía que todo fuera parte de todo y se hizo uno con ese universo. Ah, y no volvió jamás.

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