jueves, 22 de julio de 2010

Las Chicatanas

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“Yo te conozco de antes
desde antes del ayer
yo te conozco de antes
cuando me fui, no me alejé”

Fito Páez

Confirmado: salgo a las 2 al Congreso Consultivo sobre las Dimensiones Paralelas a efectuarse con miembros del Stooch.
Esta semana trabajé en la limpieza del terreno que tenemos en la casa. Sembramos maíz y frijol y de paso arrimamos tierra a las matitas de ajo que se niegan a morir.
Les dejo esto que vino a mi mente en uno de esos días en que andaba por San Bernachi…

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Las Chicatanas

Después que la hormiga trajo el maíz a los habitantes de la tierra, se dedicó a recoger intensamente su alimento para los meses de frío intenso.
Los hombres cultivaron la tierra y la abundancia que su trabajo traía consigo les hizo olvidar a las hormigas, quienes cada vez fueron menos visitadas por los principales, incluso, se llegó a echarlas de los campos de cultivo por considerarlas inoportunas.
Las nuevas generaciones de hombres no sabían nada de la importancia de la hormiga porque sus padres habían olvidado contarles acerca de los peligros que ella había atravesado para poder otorgarles tan preciado tesoro.
Así, la hormiga inició una vida fluctuante entre la persecución y el abandono, sin dejar de trabajar, porque, si hay algo que caracteriza a la hormiga es su perseverancia y resistencia, por supuesto, a pesar de haber sido confinada a vivir muy lejos de las casas de los hombres.
Sin embargo, vino un tiempo de oscuridad.
El brillo del sol era contenido por un muro de nubes negras que se negaban a dejar caer la lluvia.
Sin sol y sin lluvia, el campo se convirtió en un páramo infértil donde comenzaron a abundar reptiles venenosos, parcos espinales y enredaderas que invadieron las casas de los hombres.
La gente tuvo que refugiarse en cuevas.
El viento gélido pronto invadió cada rincón y pequeños fragmentos de hielo comenzaron a formarse en las ramas de las plantas que, poco a poco fueron muriendo de frío.
Los hombres no podían mantener encendidas sus fogatas porque el aire frío se tornó más violento a los 33 días de haberse ocultado el sol.
Sólo la hormiga, acostumbrada a vivir abajo, en la penumbra, en el olvido, había logrado acumular suficiente alimento para soportar esa era oscura. La Tierra, madre y mujer al fin de cuentas, acogió con amor a la hormiga y en su seno le brindó el calor necesario.
Los hombres ofrecieron sacrificios, culparon a los dioses y al final, dejaron de creer en sus deidades. Sus ojos estaban llenos de una mezcolanza de miedo, desesperación y rabia. El amor se murió dentro de ellos y no vieron más que por ellos mismos.
Una mañana, una hormiga anciana sintió en su corazón el dolor de los hombres mientras saboreaba un guisado de espigas de maíz.
Aparto de su vista el manjar y durante toda la tarde y noche consultó su oráculo hormiguil, habló con los dioses del maíz y con la madre Tierra, ofreció ofrendas de cempasúchil, cacao y semillas de calabaza. Los dioses y la Tierra hablaron al amparo de un altar construido en el interior del arrieral y le hicieron ver que de nada sirve vivir egoístamente, procurando el beneficio propio mientras sus hermanos, los hombres, morían de hambre y frío. Al alba tenía una resolución.
Por instrucciones de la anciana mayor, un grupo selecto de arrieras comenzaron a comer en sobremanera hasta desarrollar un cuerpo muy grande, con la colita rellena de grasa, muy necesaria para poder conservar el calor en tiempos de frío.
La hormiga anciana había dejado de ser un ser decrépito para convertirse en una prominente hormiga, lo suficientemente grande para poder ser notada a gran distancia.
La Tierra se dio cuenta del plan de la hormiga anciana y contribuyó otorgándoles a cada una de ellas un par de alas, sólo que, por las prisas, no pudieron ser de tan buena calidad como las de las aves, sin embargo, servían para no ser reconocidas como hormigas por los hombres, así no podrían echarlas de sus cuevas.
Cuando ya la noche había caído, las enormes hormigas aladas salieron de su arrieral y se enfilaron volando hacia los lugares altos donde los hombres habían logrado vivir.
Ellos yacían hacinados en el polvo. Su piel morena se había tornado grisácea y en sus cabellos pendían trozos de barro. El hedor a muerte se esparcía por todo el ambiente. Los niños portaban llagas por todo el cuerpo.
La hormiga anciana, que lideraba el grupo, estuvo a punto de llorar al ver esa escena tan desolada, pero aguantó el vuelo y se posó en la nariz de una niña moribunda, caminó hasta sus labios y se introdujo lentamente en su boca.
Las otras hormigas aladas hicieron lo mismo con otros cuerpos mortecinos y, al poco rato, el semblante de los hombres se tornó más vivaz, de tal modo que pudieron atrapar más hormigas y comieron hasta saciarse. La muerte había cedido.
El sacrificio de las hormigas nunca fue conocido como tal, debido a que los hombres, ingratos por naturaleza, llamaron chicatanas a esas grandes hormigas aladas que no los dejaron morir y continuaron maltratando a las hormigas.
Incluso en nuestros días, cada vez que el cielo se llena de nubes negras, debajo de la tierra se comienzan a preparar un ejército de hormigas que repiten el ritual de alimentar con sus cuerpos al hombre. Aunque la lluvia nos visite, ellas no olvidan que hubo un día en que el hombre casi muere y por eso regresan una y otra vez.


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P.D.: Para quien no las haya visto, así se ven las chicatanas:


Dicen que, de alguna manera, los muertos nos merodean en espera de un espacio para ser escuchados. A menudo los comparo con las minorías del mundo. Tal vez debamos hacerles más caso en tiempos tan oscuros como éstos.


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sábado, 17 de julio de 2010

Qué Hongo Mi Champiñón!!



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“Oh señor, separa mi camino de mis enemigos
escucha lo que digo y te pido
cuida de los míos apártalos del mal y protegelos del frío”

Zona Ganjah


Y bueno, acá de nuevo.
Se terminó el curso de Conafe. El día de la clausura me vino un lapsus de tristeza por lo que iba a dejar de vivir en ese momento (era mi nirvana) pero bueno, así es esta onda de lo ciclos y sé que algo nuevo que vivir vendrá, como alguna vez me dijo Majo “es en la pluralidad donde se da la verdadera experiencia del ser”, así que estos ojos están abiertos a conocer cualquier cosa que venga – con los riesgos que esta declaración implica-.
Me despedí efusivamente de mis niños y prometí volver, esto no sé si debí hacerlo pero trataré de regresar porque aún hay muchas leyendas y rituales que conocer.
Después de ir a comer chivo casero y montés en casa de Julián, salimos en la madrugada hacia Miahuatlán, participamos de unos tacos al pastor que preparó mi hermano en la casa.
Al otro día, nos fuimos a Huatulco.
Pasé dos días a la casa del Chuy y al botanero de Tere en compañía de Julián, al que me traje para que conociera el mar y se despejara de sus múltiples ocupaciones diarias. Pasé dos veces a buscar a Viri pero no estaba, luego, me desconoció en el cel, así que me la debe (:@) (Qué bueno que te haya gustado la letra de la canción para La Huevita… te falta inventar la tonada).
Julián me comentó que le había gustado mucho el mar y que le cayeron muy bien los miembros del Stooch a los que conoció, quienes, por cierto, se portaron a la altura de la situación y le brindaron hospitalidad a mi muchacho. A pesar de que casi no puede dormir, así como Mamá Elena (tiene problemas con el sueño: no se le quita), se divirtió en la costa y pss también acá en la casa. Mi mamá le insiste en que se quede y que estudie la secundaria en Cuixtla, pero bueno, ojalá que él lo piense y que decida lo que crea más conveniente.
Por último, pensé que me iba a ir en blanco, pero apareció oportunamente una tella de Clan McGregor (qué? qué? cómo? no pss no sabía de su existencia) mezclada con Amaretto, dos tragos nomás para aguantar a ver Toy Story 3 y por si mi hermana me hablaba de repente.

El día 12 nació Asaf y tuve la dicha de irlo a conocer al hospital. Sigo sin dejarme de asombrar del milagro de la vida, “la magia del sexo y la reproducción” como dice Meza. Chuy, Cannabis y yo nos hicimos cargo de Abiel y de Julián y los llevamos a la playa. A decir verdad, Fanny y Viri subestiman nuestra capacidad para realizar labores de nanos, (salvo porque Cannabis y Chuy se durmieron en la playa y Abiel se me enfermó en la madrugada, pero pss a cualquiera le pasa).

Y bueno, pasé por el “reclu-umar” como dice Viri, fui a buscar a Tenor pero lo hallé en los pasillos, así que me retiré porque tenía que salir hacia mi casa. Pero antes de irme, el Sargento y el Comandante tenían un hicho y con eso bastó para sonsear un rato y demorar la salida hasta las 4 de la tarde. Me fui de Hux bien contento… seeee… muuuuuuuy contento…. “Fumando vamos a casa…”

Ya en Cuixtla, Julián fue convencido por la familia para que se quedara otros días. Está asistiendo a un curso bíblico de verano donde está haciendo unas manualidades. Yo vine a despejar la mente porque ando acordándome mucho de unas cuestiones punzocortantes para el alma, así que mejor voy a ver un partido de básquet y a deleitar la pupila “con tanta cara linda en el barrio” (Calle 13, 2009).




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Medio, índice y pulgar
de ambas manos
digitan besos kamikazes
que golpean impertinentes
las puertas de tu
corazón cerrado.

El deseo es un ariete
alimentado por tus fotos.
Tras tus gafas especulo
un universo, un laberinto
con final de voraz
trituradora.

Y yo que sólo quiero hacer
que te enamores de mí
para enamorarme luego.

Y te digo:

Ámame que me supura,
me arde el corazón de amor.
Quiéreme
que la izquierda se pervierte
y ser rebelde es una moda.

Ámame ahora que podemos
salir sin que invadan
nuestras calles los soldados.
Quiéreme que se acerca
el fin de los tiempos,
la era del demonio en la tierra.
La peste en los corazones.


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Este es Julián en "El Tejoncito":



Y esta fue la foto grupal toda vez que terminamos el curso comunitario:



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viernes, 2 de julio de 2010

Canción de cuna para un Huevito

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“Fumando vamos a casa
Cultivando amor
Cosecharé esperanza”

Zona Ganjah


Vi por fin un fragmento de cielo azul tras cuatro días de intensa lluvia en San Bernachi. Hizo un frío de perros que resultó positivo para el nacimiento de una gran variedad de hongos que constituyeron mi dieta esta semana. Es la primera vez que como más de 7 tipos de hongos, con antidoping previo, a fin de evitar la loquera en la comunidad.
El día lunes comí armadillo. Los señores lo frieron con pitiona (una yerbita para sazonar) y quedó riquísimo, qué puedo decir, hacía tiempo que no probaba tan exquisito manjar.
Regresé entre la llovizna a mi casa el día jueves porque, hoy fue la clausura la nena de la casa, así que no podía perderme semejante acontecimiento. Nos fuimos a ver la ceremonia de clausura al CBTis donde estudié el bachillerato y recordé con mucho entusiasmo mis años de bachiller (en los que casi no asistí pero me hice de un grupo sólido de amigos). Vi la irreverencia de “los Eléctricos” y escuché de nuevo a la banda de guerra de la escuela.
Por falta de costumbre, saludé a la bandera cuando se cantaba el himno, cosa que los civiles no hacemos, y para acabar de evidenciarme, mi viejecita linda se encargó de apartar lugares de primera fila, así que muchos vieron mi distracción. Luego, como no me sé muy bien el himno nacional pss tuve que hacerle como que cantaba.
El los honores a la bandera pss todo trancas, me emocioné al ver a mi nena marchando (lo del sentido patriótico dejémoslo para otro día, hoy no tengo ganas de discutir mi concepción de patria), y creo, en definitiva, que si hay algo que ha formado parte de mi identidad, es haber conocido a mi grupo de maleantes en aquellos años, para nada imaginaba que me iba a encontrar otros “piores” en la Umiar.
Y bueno, no hay festejo hasta el sábado 10.
Ya luego me vine a la casa porque no había barrido mi cuarto en semanas y mi mamá me miró así como que con cara de pocos amigos, y mejor me puse a desenterrar las ruinas de mi habitación.
Por cierto, mi viejita linda cumplió años el 26, así que me fui a buscarle algo para darle, pero no encontraba nada, así que (saque la imaginación pinchísima) le compré un bolso, supongo que le gustó más porque yo se o hubiera dado qué por el bolso, luego, me robé una rosa de su propio jardín y se la regalé. ¡Cómo quiero a esa condenadota!

Y bueno, me fui, les dejo esto que escribí para Viri y su “Huevito”. Es una pequeña canción de cuna que, curiosamente, carece de una tonada definida, así que eso le toca a la feliz madre. Está de más decirlo pero, Viri: sabes bien que te quiero mucho y que tengo mucha ilusión de ver a tu nene, aún tengo una sorpresa (que ya no es tan sorpresa) pendiente, espero que quede mejor de cómo la estoy pensando.


Canción de cuna para Larissa

Eres suave estambre,
felpa delicada,
un beso de ángel
por la madrugada.

Tintineo de gotas
de rocío fresco
dentro de mi vientre,
algodón del cielo.

Arenita tibia,
brisa de la playa,
canto de gaviotas,
suave polvo de hadas.

No tengo qué darte,
burbujita mía,
por ahora sólo
te ofrezco la vida.

Para compartirte
mi amor y ternura
te canto este breve
arrullo de cuna.

Duerme, pequeñita,
duerme, vive y sueña
que mis alas tibias
ansiosas te esperan.

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Me fui, ya casi empieza a llover en Miahuatlán y como que las calles tenían un olor medio sospechoso hoy por la mañana, espero que no se alborote con el agua, suficiente hay con el movimiento electorero como para que encima el ambiente se empañe de olor a cañería.
Por cierto, estoy al pendiente de la amenaza Stoochera de reunirnos en San José, por cierto, ese pueblo se ve desde San Bernardo, tal vez haga una ruta alternativa en línea recta (favor de recoger lo que quede de mí).


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