jueves, 21 de enero de 2010

Nosotros los otros

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Estamos.
Estamos por todas partes.
Cansados, tristes,
pero no desalentados.

Tímidamente aparecemos,
Ya no hacemos ningún daño.
De algún modo hemos partido.

La voluntad nos mueve
y la oscuridad nos cobija,
como una madre resignada.

Estar muerto es cosa fácil.
Pero serlo es un martirio.

Los verás hablarte
sin verte a los ojos.
Sollozando mientras secas
infructuosamente el llanto.

Correrás junto a los niños
mientras crecen,
te verán tal vez, y tal vez
lloren.

Tus amores se convierten
en abismos. Tú mismo
te les haces impreciso.

Las horas, los sabores,
la alegrías de los viejos
(las únicas risas sinceras)
Todo, absolutamente,
es un coro angelical brindado a un sordo.

Por eso muérete completo.
Por eso no regreses del Mictlán.
Porque ciertamente el tiempo
es mucho,
cuando no se vive junto al otro.

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lunes, 4 de enero de 2010

Para No Olvidar

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"Sólo una cosa no hay: es el olvido". Jorge Luis Borges.

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"Ojalá que estén vivos y bien
en el país de síganme,
síganme no los voy a defraudar
¿a dónde?
Donde se caga un conde"

Andrés Calamaro



P.A.R.C.

Él ya no volvió.
Como muchos.

Multitud de rostros que,
aún siendo una masa
duelen particularmente.

Silenciosas lágrimas que
el viento
pone en las memorias,
susurrándonos la sedición.

Olor a pieles que antaño
transpiraron con nosotros
sueños ahora secos.

Al irse,
se llevaron una parte
de nosotros.

Por eso no sabemos qué somos,
por eso nuestras horas
no terminan,
o lo hacen sin saberlo.

Nos sentamos a morir
porque no volverán.
Porque dolorosamente
no estarán más.

Si no me crees...
Anda y dale un abrazo a tus
recuerdos.




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sábado, 2 de enero de 2010

Rata Rabiosa

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A 16 años

Me da rabia, no el olvido,
sino la vaguedad del recuerdo.
El eufemismo libertario
pieza más del discurso hipócrita.

La soledad separatista,
ambigua en cuanto a la función,
a lo benéfica
que podría resultar ahora.

La pose,
evidente en absoluto,
el grito vano del que busca
ser la imagen de las cosas
que no siente, que no sufre.

El olvido,
que no existe, pero se finge.

La empatía vaga,
el relato que evade
los dolores, las tragedias,
la realidad.

El total desprecio,
la oposición abierta
al clamor del oprimido.

Y también estas manos
que escriben, en lugar
de tirar balas.

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