martes, 27 de diciembre de 2011

Réplica


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“Cuando vino la condena vi a mi amada en un rincón
No había cirios ni destellos, solo veneno y temor
Eran gotas relucientes y un Ángel sin maldad
Me pusieron un tridente a la mitad del corazón”
Arturo Meza

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De puño y letra y clavada con una daga en la espalda del papa, había una hoja en la que la muerte exponía algo que me pareció muy interesante, así que decidí quedarme con ella y mostrársela a Leopoldo.
A la semana, me enteré que el contenido ya circulaba en las redes sociales, así que, arruinado el secreto, nada me impide transcribir el texto - tal cual - en este blog.

"Yo soy la muerte, la tilica, la segadora, la rasera, la polveada, la pepenadora, la pelona, la paveada, la patrona, la parca, patas de ixtle, la pálida, la novia fiel, la mocha, María Guadaña, la malquerida, la madre Matiana, la jodida, la jijurria, la jedionda, la huesuda, la grulla, la estirona, la espirituosa, la enlutada, Doña Osamenta, la dientona, la dama del velo, la copetona, costal de huesos, la chirrifusca, la china Hilaria, La Catrina, la blanca, La Tía Quiteria, la flaca... ésa soy yo. Y lo que hago es claro: quito la vida.
Me han llamado "la enemiga última", han preguntado por mi aguijón, me hacen pelearme con el amor diciendo que es más fuerte que yo - y ni a él ni a mí nos interesa pelear -... no, yo sólo soy la muerte.
Culpen a mi hermano el dolor y mi hermana la agonía, mi primo el sufrimiento y mi amiga la soledad, yo sólo soy la muerte. Cuando llego, no hay más sentimientos, sólo un letargo que hace que el universo individual se detenga.
Así que, ahora espero que todo quede claro, no hago milagros, no concedo deseos, no vengo a asustar y mucho menos soy una amiga o enemiga. Déjense ya de pendejadas, yo sólo soy la muerte."

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2 comentarios:

Luna Marinera dijo...

Y ¿qué pasa entonces si el hombre juega con ella, la secuestra, la tortura, la desaparece y abusa de la capacidad de poder decidir por ella? Sabia revancha la de morir...

La RaTa MuTanTe dijo...

Pues seguiría siendo inocente, no?

Digo, sería el hombre - para variar - el que altere los ciclos naturales de las cosas.

Gracias por leer el blog Fanyta.